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1342. Viernes, 6 febrero, 2009
Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo segundo: “La única manera de acabar aprisa y satisfactoriamente una conversación es darle al otro la razón en seguida” (León Daudi, 1905-1985; escritor español) El Kamasutra es lo más parecido a un billete de 500 (o de 200, o de 100), todo el mundo ha oído hablar de él pero poca gente lo ha visto. Los afortunados que han podido tenerlo en sus manos afirman que es muy bonito, con unas ilustraciones muy antiguas y la mar de aparentes, tanto que para poder pillar algo hay que estar un rato mirando fijamente, como pasaba en aquellos cuadros tridimensionales llenos de coloridos manchurrones que se pusieron tan de moda como lamacarena. Bonito, sí, puede ser, pero muy poco práctico. ¿Cuántas posturitas –distintas- de los recopiladas por Vatsyayana hace unos dos mil años en la India podríamos llegar hacer cualquiera de nosotros sin provocarnos una luxación del coxis –la rabadilla de toda la vida- ? Pues pocas, muy pocas. Está muy bien esto de experimentar, cualquier manual lo da como una muy buena opción para romper con la rutina. Pero de ahí a intentar reproducir una tabla de gimnasia montando según qué circos.. va a ser que no. A ciertas edades la cadera ya no suelda como antes.
1341. Jueves, 5 febrero, 2009
Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo primero: "Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber" (George Bernard Shaw, 1856-1950; escritor irlandés) A mediados de mayo de 1951, Katharine Hepburn y Humphrey Bogart viajaron al Congo Belga para rodar “ La reina de África” dirigidos por John Houston. El rodaje estuvo plagado de contratiempos: el ataque al corazón de un guionista, cabañas en un estado lamentable que se caían a trozos, lluvias torrenciales y hasta un brote de disentería. Todos cayeron enfermos, excepto Houston y Bogart. Ambos fueron los únicos que nunca bebieron agua, sólo whisky. Aunque nos lo juren en arameo... obras son amores y no buenas razones. En cuanto empiece a estar un poco pachucho rompo mi abstemia militante. La salud es lo primero
1340. Miércoles, 4 febrero, 2009
Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo: "Se empieza por matar al padre y se acaba por no dar ni los buenos días al vecino” (Proverbio letón)Durante buena parte de la Edad Media era tanto el descrédito de algunos restaurantes que se hizo célebre entre los comensales un conjuro (del que, por cierto viene la expresión “ dar gato por liebre” referida a quienes engañan con respecto a la calidad de algo), en el que, frente a una bandeja de carne asada, los comensales siempre recitaban: “ Si eres cabrito mantente frito; si eres gato salta del plato”. Por supuesto, el exorcismo nunca les funcionaba (por suerte para el hostelero de turno) aunque, casualmente, la población felina de aquellas épocas llegara a reducirse bastante y sólo fuera capaz de remontar bastantes años después. Hay que tener en cuenta que las ratas no cruzaron el Volga, trasladándose de Asia a Europa (concretamente a París), hasta el siglo XVIII.
1339. Martes, 3 febrero, 2009
Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo noveno: "Primero el hombre en la vida aprende a andar y hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y a mantener la boca cerrada”. (Marcel Pagnol, 1895-1974; escritor francés)La palabra, que en realidad quiere decir retiro pequeño ( retirete), está definida en el diccionario como “ cuarto pequeño en la casa o habitación, destinado para retirarse”. Por eso, y hasta unos cuantos años, el común de los mortales se refería al retrete como el cuarto al que se retiraba a descansar. Pues que sepan que somos muchos los que intentamos, con nuestro esfuerzo en el día a día, que no se pierda el uso tradicional del lenguaje... siempre que nos dejan. Sobre todo durante el horario laboral.
1338. Lunes, 2 febrero, 2009
Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo octavo: “La vida es un vals al borde de la nada" (Joseph Mankiewicz, 1909-1993; director de cine estadounidense)George Fordyce Story era un respetadísimo médico del siglo XIX. Un día, estando de juerga, le llamaron para visitar urgentemente a una señora y él, aunque había bebido de más, acudió. Al acercarse a auscultar a la dama, la cabeza le daba vueltas, y entre dientes, dijo “ !Vaya borrachera más inoportuna!”. A la mañana siguiente, recibo una nota de la dama que decía: “Le agradecería, doctor, que no hablase a nadie de mi indisposición de ayer. Sin duda, fue una borrachera inoportuna, como usted diagnosticó nada más tomarme el pulso”. El día que se enteren de lo que de verdad hacemos y, sobre todo, de cómo lo hacemos, nos echan a patadas. Al tiempo.
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