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1580. Miércoles, 17 marzo, 2010

 
Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo: "Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección". (Francis Picabia, 1879-1953; pintor francés)

Igual que los informáticos - esos bichos raros llenos de cerounounocerocerouno- tienen como principio fundamental en su trabajo apagar y encender un ordenador con problemas (o sea, todos), la medicina, al menos la de cabecera, primaria, de familia o como coño la quieran llamar, tiene un principio elemental e inmutable que resuelve la mayoría de problemas sin tener que mandar al averiado en cuestión al especialista (aunque para eso están y, por cierto, para eso cobran más). A saber:
"Por comer chocolate no salen granos, pero si cuando comes chocolate te salen granos, no comas chocolate".
Principio que, sustituyendo convenientemente las palabras chocolate y granos por aquello que el protagonista refiera, (¡atención personalizada ante todo!) resulta aplicable a cualquier otro signo y/o síntoma que se quiera tratar y, sobre todo, evitar y/o prevenir.

Funciona. Comprobado.