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1596. Lunes, 19 abril, 2010

 
Capítulo Milésimo quingentésimo nonagésimo sexto: “Todo el mundo debería vivir hasta los 92 años, tener entonces un superorgasmo y morirse de golpe" .(Jonathan Carroll, 1949, escritor estadounidense)

Un psicólogo de la Universidad de Iowa, Kim Johnson, dice haber comprobado que las ratas que tienen déficit de sodio se asustan de aquellas actividades que les proporcionan placer (como, por ejemplo, trastear con otra rata).

Poniendo en cuarentena –más bien en milentena- la noticia (el investigador es ¡psicólogo!), su afirmación podría explicar por qué la mayoría de la gente tenga tendencia a consumir demasiada sal. La razón es inconsciente: al tomarla se activan las zonas cerebrales que nos proporcionan placer, e indirectamente nos produce una sensación de buen estado de ánimo. Vamos, que la sal actúa como antidepresivo natural.

No, si por algo al sueldo lo llaman salario… ése sí que es un euforizante natural que te deja como nuevo cada vez que lo recibes. Por lo tanto, pasemos de medicamentos y de historias raras: más salario y menos prozac, que además es malo-muy malo- para las cuestiones coitales (el prozac digo).

Y con ciertas cosas no conviene jugar. Nunca.