Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo sexto: “De pequeño el coco y de mayor la coca ¿cuándo voy a poder dormir alguna noche? Miguel Ángel G., 29 años; manipulador de sustancias peligrosas) La revista
Colors, de la casa
Benetton, realizó pruebas de laboratorio al papel moneda en circulación por distintos países. En el 90% de ellos encontraron restos de cocaína. Dejando a un lado que, tal y como está el asunto, no encontraran restos en el 100% de los billetes, la cosa es hasta aquí, lógica. Ciertas rutinas tienen su proceso y siempre será más fácil enrollar un billete de veinte que una tarjeta de crédito o un DNI, por más que -también siempre- de pena desperdiciar los restos que quedan al usar previamente -y según costumbre- los susodichos billetes. O eso me han contado, vamos.
Pero no iba yo por ahí. Resulta que además de la habitual –y lógica-
farla, en más de un 50% de los billetes analizados aparecieron (entre otras miles de sustancias) residuos orgánicos, concretamente “
restos de heces fecales, mocos y semen”, un tipo de restos que apenas aparecían en un 10% de los billetes analizados en los estudios anteriores. Lo que demuestra que, por más
brotesverdes que quieran hacernos ver, la crisis nos está achuchando a base de bien y empieza a
tocar hasta los artículos de primera necesidad. No nos llega ni para pañuelos ya.
Por cierto, y volviendo a lo de la
coca, el que invente una tarjeta de crédito rígida pero que luego se pudiera (o pudiese) enrollar –un
dosenuno mismamente- se hace rico seguro. Mercado sobra, desde luego.