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1669. Martes, 7 septiembre, 2010
Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo noveno: “Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva”. (Mark Twain, 1835 - 1910; escritor estadounidense) La primera documentación sobre el whisky aparece en el siglo XV, (en Escocia, naturalmente) y deja constancia de que la bebida no es más que una beneficiosa “ aqua vital”, es decir una medicina destinada a enfermos gracias a sus características terapéuticas, reconstituyentes y saludables. Precisamente ésa era la razón por la que el whisky empezó a producirse en los monasterios, por aquel entonces lugares cuya principal labor benéfica era el amparo y la curación de los enfermos, un trabajo en el que eran famosos por los métodos que aplicaban y –sobre todo- por los excelentes resultados que obtenían con ellos. Luego vinieron los laboratorios farmacéuticos y su potente marketing acabó con los remedios tradicionales. Ahora, ante cualquier preocupación se empeñan en querer atiborrase de ansiolíticos cuando a la mayoría le bastaría el remedio -mucho más natural- de ir al Mercadona y zamparse una botella de Dick. Falta cultura de la salud... y lo peor es que siempre la acaban pagando los humildes médicos que están hasta el cuello de trabajo. Con lo que ellos sufren, pobrecitos míos.
1668. Lunes, 6 septiembre, 2010
Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo octavo: “Por qué se mata a las personas que han matado a otras personas? ¿Para demostrar que no se debe matar a personas?” (Norman Mailer, 1923 - 2007; escritor estadounidense) Si bien es verdad que la situación se produce en cualquier entorno, el laboral parece un caldo de cultivo perfecto, sobre todo por lo difícil que se hace escapar de él. No hace falta poner mucho la oreja para darse cuenta de que estamos rodeados de expertos en casi todo, de compañeros protagonistas de hazañas sólo sabidas por ellos mismos, que están locamente enamorados de su propio discurso y que parecen encantados de haberse conocido. De verdad que uno intenta escuchar, ser amable, poner cara de bobo, y tirar para adelante con la mejor de las sonrisas en el convencimiento de que cualquier salida de tono va a ser peor, pero todo tiene un límite y empiezo a estar ya un poco harto de aguantar estos días que todos los que han estado en la playa se empeñen en enseñarte la marca del reloj soltando eso de “ mira, estoy tan moreno que se me ha quedado la marca, parece que llevo reloj, pero no” seguido de un tan estupido como chirriante “ je, je” . Y sí, es lunes, tengo sueño y no me ha sentado bien tener que volver al trabajo. ¿Qué pasa?
1667. Viernes, 3 septiembre, 2010
Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo séptimo: “En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñan del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que no existe”.(Eric Hoffer, 1902-1983; filósofo estadounidense)Ante la alarmante situación de tantos ídolos de barro que, hoy por hoy, son elevados mediáticamente a la condición de héroes sin haber tenido siquiera un miserable mérito que pudiera o pudiese merecer tal honor, nuestra voluntad y gran valentía a la hora de afrontar los terribles vaivenes del voluble destino nos impulsa noblemente -y sin ánimo de obtener beneficio alguno- a situar en la categoría de verdadero prohombre, infalible luz del camino, e incontestable modelo a seguir, al rey Ibn Saud (en árabe: عبدالعزيز آل سعود ) de Arabia Saudí, que viviendo entre 1876 y 1953, inicio su actividad sexual a los 11 años y desde esa fecha disfrutó de tres mujeres cada noche hasta el día en que murió. Sin duda, un ejemplo para todos, un insuperable (y nunca mejor dicho), ejemplo.
1666. Jueves, 2 septiembre, 2010
Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo sexto: “De pequeño el coco y de mayor la coca ¿cuándo voy a poder dormir alguna noche? Miguel Ángel G., 29 años; manipulador de sustancias peligrosas) La revista Colors, de la casa Benetton, realizó pruebas de laboratorio al papel moneda en circulación por distintos países. En el 90% de ellos encontraron restos de cocaína. Dejando a un lado que, tal y como está el asunto, no encontraran restos en el 100% de los billetes, la cosa es hasta aquí, lógica. Ciertas rutinas tienen su proceso y siempre será más fácil enrollar un billete de veinte que una tarjeta de crédito o un DNI, por más que -también siempre- de pena desperdiciar los restos que quedan al usar previamente -y según costumbre- los susodichos billetes. O eso me han contado, vamos. Pero no iba yo por ahí. Resulta que además de la habitual –y lógica- farla, en más de un 50% de los billetes analizados aparecieron (entre otras miles de sustancias) residuos orgánicos, concretamente “ restos de heces fecales, mocos y semen”, un tipo de restos que apenas aparecían en un 10% de los billetes analizados en los estudios anteriores. Lo que demuestra que, por más brotesverdes que quieran hacernos ver, la crisis nos está achuchando a base de bien y empieza a tocar hasta los artículos de primera necesidad. No nos llega ni para pañuelos ya. Por cierto, y volviendo a lo de la coca, el que invente una tarjeta de crédito rígida pero que luego se pudiera (o pudiese) enrollar –un dosenuno mismamente- se hace rico seguro. Mercado sobra, desde luego.
1665. Miércoles, 1 septiembre, 2010
Capítulo Milésimo sexcentésimo sexagésimo quinto: “El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo" (Gregorio Marañón, 1887- 1960; médico español) Se ha empezado a comercializar camisas con efectos sedantes. Destinadas, en principio, a ejecutivos con sobrecarga de trabajo (?), sus efectos se deben a que durante su fabricación se impregnan con extractos de 28 plantas medicinales, plantas conocidas por su efecto relajante y que llegan a calmar hasta los picores y la irritación cutánea que puede acompañar a los casos más agudos de estrés. Por ahora están haciendo furor entre los informáticos (?????) y dado su éxito está a punto de salir una línea completa entre la que se incluye un juego de sábanas contra el insomnio. No me fío yo mucho de las cosas naturales, (donde esté una buena molécula con su excipiente y tal...) pero hay que reconocer que poder echar una cabezadita en el trabajo (entre café y café, por ejemplo) simplemente con esnifarte un poco la manga de la camisa tiene que tener su punto.
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