-   


  

1782. Miércoles, 9 marzo, 2011

 
Capítulo Milésimo septingentésimo octogésimo segundo: “La lengua resiste porque es blanda; los dientes ceden porque son duros” (Proverbio hindú)

Se habla mucho, ahora, de la discriminación positiva y dicen los eternos descontentos que eso no es una forma de clasismo. ¿Es que los pobres no son clasistas? Para selectos, los pobres, claro. Para clasistas, los pobres. Ya está bien de denunciar el clasismo de los banqueros, las baronesas o los políticos. Ha llegado la hora de denunciar el clasismo de las cajeras de supermercado y los peones de albañil, que son más clasistas que nadie. ¿O es que no hay selectividad en los andamios?

Porque, vamos a ver, ¿qué posibilidades tiene el hijo de un consejero autonómico o de un diputado de llegar a ganarse la vida en un andamio? Ninguna. Cuando el hijo del consejero autonómico llega al andamio, ya está el andamio lleno de albañiles, que los albañiles madrugan y van al copo. Y lo mismo pasa con todo. Los pobres han copado las fresadoras, las vagonetas de la mina, las cajas del mercadona, todo. Y luego dicen que si hay selectividad por arriba. los pobres sí que son selectivos. Los pobres -hora es decirlo- son un auténtico grupo de presión y una mafia. A los pobres les gusta mucho hablar de oportunidades, pero ¿qué igualdad de oportunidades le dan ellos al rico? Los pobres todo se lo guisan y se lo comen entre ellos (cuando hay algo que guisar y comer, que no siempre hay). Pues eso. Para ser tan pobres, hay que ver lo escogitados y lo selectos que son los tíos. Y luego dicen.