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1788. Jueves, 17 marzo, 2011

 
Capítulo Milésimo septingentésimo octogésimo octavo: "Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad”. (Noel Clarasó, 1899-1985; escritor español)

Un buen leñador dedica tanto tiempo a trabajar como a afilar su hacha. En los trabajos que corren hay que “afilarse” con periodos de descanso. Un café, ojos cerrados, estirar las piernas o una conversación intrascendente sobre cómo los agujeros negros pueden influir en la creencia de que la posición aparente del Sol con respecto a unas constelaciones definidas arbitrariamente en el momento en que naciste, puede afectar a tu personalidad, por ejemplo, relajarán la mente, el cuerpo y el alma.

El hombre (personahumanadecualquiersexo) necesita tiempo libre para soñar, divertirse y hacer el vago. Se trata, además, de algo normal en la vida, hay que crearlo, conocerlo, y aprender a salir de él por uno mismo cuando tenga que terminarse. Todos tenemos derecho al aburrimiento, y las preclaras mentes de nuestros superiores tienen que aprender las dos verdades incuestionables: que el tiempo no se organiza y, mucho menos, se estira (disponemos de 1.440 minutos al día, ni uno más ni uno menos), y que el minuto 60 va después del 59 y no hay universo que lo modifique. Coñazo de jefes.