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1894. Jueves, 6 octubre, 2011

 
Capítulo Milésimo octingentésimo nonagésimo cuarto: "Da a luz a su cuñada por una apuesta. (Resumen de agencias)

Vista las veces que ha aparecido en estos apuntes podía parecer que tengo obsesión por esta historia, aun así, debemos ser sinceros una vez más; es muy duro decirlo, pero Caperucita Roja no ha existido nunca. Se trata de un simple cuento para niños. ¿En qué cabeza humana y/o animal puedes caber que a una niña así de pequeña (tendría como mucho seis años según los historiadores más reconocidos) le dejen salir sola al bosque? ¿Cómo se puede concebir que se ponga a hablar con un lobo, si de todos es sabido que los lobos no saben hablar? ¿Y por qué los padres de Caperucita iban a de ser tan monstruosamente inhumanos, que dejaran vivir a la abuelita sola sin defensa... estando enferma y teniendo la edad que tenía (como poco, según los mismos historiadores reconocidos, andaría por los ochenta y uno).

Convenzámonos, amables lectores, de que esto es prácticamente imposible; que todo es una auténtica mentira salida de la imaginación calenturienta de un escritor loco. ¿Cómo a nuestras edades vamos a creer semejante leyenda? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar tales engaños? Hora va siendo ya de no aceptar semejantes embustes, que no hacen más que embrutecer al pueblo.
Por tanto, amables contertulios, quitémonos las caretas y digamos la verdad por cruda y duda que sea. !no y mil veces no! !Caperucita no ha existido nunca!, Caperucita es un mito. Dejemos la fiesta en paz.

Nota al margen:

Mil disculpas les rogamos
por mi infame locura
de atentar a la moral
con semejante basura.
Estoy arrepentido
y a mi próximo texto
impondrán censura previa
ocho mentes oficiales
un crítico subvencionado
y tres funcionarios de cultura.
Dicho queda.