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1838. Martes, 7 junio, 2011
Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo octavo: "Lo peor que puede hacerse es cruzar un precipicio en dos saltos” (David Lloyd George, 1863 - 1945; político británico)La gente se pega unos sustos terribles con las subidas de precios y en seguida les da la indignación en cuanto abren el periódico y ven que ha vuelto a subir el tabaco o la gasolina. A mí como si nada, porque yo vivo de lo que nunca sube. La gente es que se empeña en comprar las cosas que suben, la merluza, la fruta, los libros de texto y los zapatos, un suponer. Bueno, pues lo que hay que hacer es comprar cosas que bajan o que, por lo menos se estén quietas. La brillantina, por ejemplo. La brillantina es que no ha subido nada. Ahora la gente no se da brillantina, que se dan sprays y esas cosas que salen por la tele, y como además de pagar el spray tienen que pagar el anuncio, pues le sale por un pico. Los periódicos, como son demagógicos y derrotistas, porque tienen que vender y anunciar bragas y lavadoras y halagar los bajos instintos de los compradores, siempre ponen con letras gordas que ha subido la gasolina, que ha subido esto y lo otro, para incordiar y crear alarmismo. Pero la brillantina, por ejemplo, ha bajado ¿Por qué no ponen con esas letras gordas que tienen: “Baja la brillantina”? O el papel de lija. El papel de lija no ha subido casi nada desde el siglo pasado. Te compras un pliego de papel de lija y te puedes pasar toda la tarde lijando cosas, que quedan como nuevas, o te lijas la durezas de los pies y luego se las lijas a tu pareja, que puede ser un número erótico cuando la coyunta ya va perdiendo fuelle. O los palillos redondos, que también entran muchos, y con un palillo redondo en la boca parece que no, pero se pasa el rato. Y podría seguir, que ejemplos hay a patadas porque, digan lo que digan aquí todavía se puede vivir honradamente de los subsidios si tienes resignación y sabes comprar. Lo que pasa es que la gente ha perdido la resignación y quiere vivir por encima de sus posibilidades gastando a lo loco. Y así nos va.
1837. Lunes, 6 junio, 2011
Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo séptimo: "La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes” (Víctor Ruiz Iriarte, 1912 - 1982; dramaturgo español)Dicen que no andan muy bien las cosas en cuestiones de negociaciones laborales, pero creo que todos -empresarios y sindicatos- estarán de acuerdo en que para cumplir correctamente las funciones profesionales que cada uno tiene asignadas se hace imprescindible contar con un artilugio de estos por persona en cada puesto de trabajo. Mínimo. Y, aunque resulte válido para cualquier día laborable de la semana, está claro que se hace imprescindible los lunes. Mientras acaba siendo material de oficina obligatorio a cargo de la empresa, a ver si alguien me lo regala. Ya no puedo estar sin él.
1836. Viernes, 3 junio, 2011
Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo sexto: “Crecer es una cosa terriblemente difícil de hacer. Es mucho mejor omitirlo e ir de una infancia a otra” (Francis Scott Fitzgerald, 1896 - 1940; novelista estadounidense) Dos matrimonios que han sido amigos durante años deciden pasar un fin de semana juntos en un hotel de montaña. Cuando llegan allí, y después de tomar unas copas, uno de los maridos sugiere que sean un poco locos y hagan un intercambio de parejas. Así que deciden probar. Después de dos horas de sexo apasionado, el tío le dice a su nueva pareja: - !Guau! !Es el mejor polvo que he echado en siglos!- !Y tanto! -responde su pareja-. Me pregunto qué tal les habrá ido a las chicas. Peluchepráctico proponiendo actividades para este fin de semana de una forma didáctica. Lo malo -o bueno- es que la experiencia demuestra que, para ciertas cosas que uno prueba, los caminos nunca son de vuelta.
1835. Jueves, 2 junio, 2011
Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo quinto: “Le cae un rayo y se lo gasta en mujeres” (Resumen de agencias)
1834. Miércoles, 1 junio, 2011
Capítulo Milésimo octingentésimo trigésimo cuarto: “Con dinero podrás conseguirlo todo, excepto la pobreza.” (Proverbio andorrano) " Al pasar la barca, me dijo el barquero: Las niñas bonitas no pagan dinero". Pasemos por alto la falta de humildad que supone para la autora el pregonarse como niña bonita, pasémoslo por alto porque lo verdaderamente grave viene después: ¿Cómo es que las niñas bonitas no pagan dinero? De eso ni hablar, aquí todos somos iguales, o todos moros o todos cristianos. El hecho de que no pagaran las mujeres, ya sería de por sí un disparate que debe estar erradicado en estos tiempos de igualdad de derechos, pero el que sólo estén libres de pago las niñas bonitas es algo que clama al cielo. Estamos ante un caso típico de consideración de la mujer como objeto, y de calificar la valía de la misma según su belleza física en vez de por su inteligencia o su dedicación al trabajo. Por otro lado, el barquero está dañando los intereses de la empresa, caso de que sea un asalariado, o, caso de ser un trabajador autónomo, el de sus colegas, que no pueden permitirse el lujo de invitar a las chicas a un paseo en barca. Para colmo, la protagonista se siente halagada, cuando lo que debía de haber hecho era haber llamado sinvergüenza al ligón del barquero y, tras la correspondiente denuncia, haber cruzado el rio a nado, que de todos es conocido las grandes ventajas de hacer deporte y más concretamente lo bien que viene la natación para la espalda. Que lo dicen todos los médicos.
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