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1953. Miércoles, 25 enero, 2012

 
Capítulo Milésimo noningentésimo quincuagésimo tercero: "La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco”. (Platón, 428 a. C. - 427 a. C.; filósofo griego)

A partir del primero de febrero, y a la vista de los estragos que viene produciendo el cambio climático (con un abandono generalizado de prendas de abrigo antes de lo habitual), entrará en vigor un nuevo impuesto aplicable a todos los ciudadanos que muestren grados anómalos de excitación de la libido. Dicho impuesto será cobrado ipso facto en la vía pública, metro, autobuses, taxis y demás etcéteras, por agentes que observarán debidamente a los viandantes. Las tarifas variarán con arreglo a la siguiente escala:

- Miradas furtivas, de reojo o inevitables, dada la bondad de lo observado: 100 euros
- Miradas descaradas y miradas acompañadas de suspiros o escalofríos: 150 euros
- Miradas continuas con secreción de saliva y sudores pertinaces: 200 euros.
- Miradas con signos de visible excitación y metamorfosis: 350 euros.
- Miradas con súplica de proyecto táctil: 400 euros

Los agentes encargados de velar por su cumplimiento prometen ser muy rigurosos. No están las arcas para dejarse escapar ningún nuevo impuesto. Crisis obliga.

Y ya puedo ir ahorrando.