La guerra la hicieron sus abuelos, los padres ensancharon el bienestar y ahora resulta que los hijos se encuentran con todo hecho. !No hay derecho! Y no lo hay porque se aburren las criaturas como mamones (en el buen sentido !por supuesto!) que ahora son.
Eso de salir a la adolescencia y ver que todas las torres están construidas, eso de ver que a su alrededor nadie pasa hambre (con la honrosa excepción de quien –voluntariamente- sí la pasa), darse cuenta de que todo está escrito, pintado, esculpido, compuesto..., ver que carreteras, pantanos, auditorios y hasta !centros de enseñanza! ya está inaugurados..., todo eso va acabar con ellos. Alguien debería proponer tirarlo todo, borrar los últimos años de inventos y desarrollos y empezar de nuevo. Mientras eso no ocurra poca solución existirá para esta generación de mamones anónimos (en el buen sentido !por supuesto!) que sobreviven agarrándose a los pechos maternos y viéndolas venir.