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2084. Lunes, 17 septiembre, 2012

 
Capítulo Dosmilésimo octogésimo cuarto: "La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia". (Plutarco, 50-125; escritor griego)

Mayormente lo que viene es mucho mirón y mucho salido, a darse una ración de vista y si te he visto no me acuerdo. Algunos preguntan precios y se toman una fanta, pero trabajar, lo que se dice trabajar, se trabaja poco, que está el gremio ya muy cargado y esto no es lo que era. Me lo decía mi madre, mismamente, que antes te ponías en la esquina de Montera, en el buen tiempo, y aquello era una bendición del cielo, que pasaban los señores de Logroño en manadas y con unos pocos años te volvías al pueblo con la vejez asegurada y unas buenas pulseras para epatar a la guarra de la boticaria. Eso de epatar es una cosa que dice Juan, el estudiante, que también ése tiene unas salidas. Epatar debe ser algo así como poner patas arriba. Bueno, que se me va el santo al cielo, con perdón, decía mi santa madre -que se dedicó a esto por no fregar tarimas, pero era una santa-, que te ibas al Regina´s, te tomabas un anís del mono y los hombres se te rifaban, de asesores autonómicos para arriba, pero ahora ni asesores ni nada ni nada, que lo más que te sale es un subsecretario de alguna consejería, que luego resulta que no es subsecretario ni nada.

Muertos de hambre, es lo que viene, mayormente, muertos de hambre y chulillos que se creen que porque se hayan dejado la patilla les vas a hacer un servicio de cara, de qué macho, estás más visto que el Titanic. Si es que no quedan señores, oiga, lo que se dice señores, que te ponían un piso con televisión led y todo, ya no quedan.

La crisis, que nos afecta a todos.