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2089. Lunes, 24 septiembre, 2012

 
Capítulo Dosmilésimo octogésimo noveno: “Donde van tus pensamientos, van tus pasos. Donde el corazón se inclina, el pie camina. Donde está la voluntad, allí va el pie. (Proverbio ruso)

Alemania vuelve a ser para los españoles. Esto tiene un poco preocupado al personal, pues el personal viene oscilando entre dos posibilidades y una sola opción: o Alemania o el paro. Alemania da para pulseras de oro y wolkswagen de segunda mano. El paro da para el sol y alegría de vivir.

Y ya han empezado las consecuencias. El país se está quedando un poco flojeras por culpa de Alemania. Y este verano se ha empezado a notar. Los bailes de los pueblos, las fiestas del toro enamorado de la luna o algo tan típico de nuestra idiosincrasia como son los botellones, se han deslucido mucho. Lo que más alegra un pueblo español es la cantidad, esa cosa de que siempre estamos en la calle, todo el día de acá para allá, y que hay alegría y ganas de vivir. Pero con esto de la emigración a Alemania, aquí hemos quedado cuatro funcionarios en la solana y ocho viejos en los parques y en el bar. Y las mozas, muriéndoseles de amor los ramos, como dijera Federico, que era tan fino para tratar las bajas pasiones.

Lo nuestro es el follón y España está muy sosa con tanta emigración laboral. Una pena. Puta crisis.