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2057. Viernes, 6 julio, 2012
Capítulo Dosmilésimo quincuagésimo séptimo: “¿Y ahora hasta cuando?, le preguntó él. Ella le contestó (…): El amor es eterno mientras dura". (Gabriel García Márquez, 1927; escrito colombiano)
Aparte de ginecólogo en el Vaticano, uno de los trabajos que siempre me había provocado más envidia era el muy especializado (en la especialización está el futuro) de "escritor de diálogos de cine; sección: escenas de sexo". Pues mi gozo en un pozo: los guionistas que trabajan en las secuencias lúbricas de las películas no sólo se lo "curran" -como cualquier otro hijo de vecino- sino que además, son buenos.
Aunque siempre hay excepciones (Gérard Damiano, el autor de "garganta profunda" jamás escribía los diálogos; prefería que los actores los improvisaran), he leído en una recopilación dedicada al tema dos verdaderas joyas que demuestran lo "profundo" que uno tiene que ser para dedicarse a escribir sobre sexo... al menos más allá de un "oh dios" por el que ya no cobras ni un euro.
En "Desmontando a Harry"(1997) un escritor interpretado por Woody Allen confiesa sus paranoias y angustias existenciales a una prostituta de raza negra.
- El: " Tengo miedo, no tengo alma. ¿Me comprendes? ¿Tú sabes lo que es un agujero negro?"
- Ella: " Sí: con lo que me gano la vida".
¿Podría alguien con menos palabras describir algo mejor?
Más difícil todavía: primer fotograma en una película de 1926, argentina y muda; título: "La hora del té". Antes de empezar alguna imagen en movimiento aparece un cartelito explicando lo que va a suceder. El texto reza así:
" Era un jardín sonriente,
era una rubia caliente, sin igual;
y era un pobre jardinero
que no encontraba agujero
donde su nabo plantar".
Eso sí que es capacidad de síntesis abierta a la imaginación de lo que va a venir después y no la sinopsis de los "efectos secundarios" que trae el prospecto del orfidal.
Con semejante competencia casi mejor me voy informando de lo del ginecólogo vaticano. Hasta el lunes pues.
2056. Jueves, 5 julio, 2012
Capítulo Dosmilésimo quincuagésimo sexto: "De pronto, mientras ibas conmigo, te toqué y se detuvo mi vida" (Pablo Neruda, 1904 - 1973; poeta chileno)
Tal cual, y no tiene nada que ver con llamar a los ochocientoseis para que una vidente te diga que por cada tres velas verdes de miel (que ella vende a muy buen precio) te van a desaparecer dos patas de gallo, ni con untarte hasta las cejas de baba de caracol, o tener que mandar diez pruebas de compra de esas compresas que cuando te las colocas te teletransportas a un spa de lujo ( theduchasensation oiga usted). Mucho más fácil, barato y eficaz. Y además en solo tres pasos.
Primero: decirle a todo el mundo que tienes un asunto importante entre manos. No garantiza que no te molesten (más bien al contrario) pero siempre podrás gritar con razón al que lo haga, algo que, al fin y al cabo, no va a venir mal.
Segundo: mientras se mira al frente, al suelo o a la foto del fondo de pantalla del ordenador, colocar la boca para decir "equis" pero de una forma muy exagerada.
Tercero: según se sigue mirando lo que se esté mirando, se coloca la boca lista para decir "oooooo" de una forma, por lo menos tan exagerada como en el paso segundo.
Repetir los pasos dos y tres unas veinte veces (o más).
En menos de dos semanas habrá desaparecido la papada, se habrá afinado de forma increíble el ovalo de la cara y nos habremos quitado, como quien no quiere la cosa, diez años de encima.
Para que luego digan que los funcionarios pierden el tiempo en su horario de trabajo. Sí. Ya.
2055. Miércoles, 4 julio, 2012
Capítulo Dosmilésimo quincuagésimo quinto: “No sé si es muy caro o es que yo soy muy pobre. Posiblemente las dos cosas” ( Philip J. Fry, 25 años; ex-repartidor de pizzas)
He confesado en varias ocasiones mi adicción al café, una sustancia tan tóxica como cualquier otra y que de no ser por lo caras que salen las agujas, me inyectaría en vena cada tres horas. Sin embargo, leído lo leído por ahí estoy planteándome muy seriamente empezar una cura de desintoxicación que me aparte del sórdido, cruel y despiadado mundo de los cafeinómanos compulsivos.
El "Kopi Luwak", uno de los cafeses más fuertes y de mejor sabor que existen (y, aunque más difícil de encontrar que los del carrefour -y un poco más caro-, ya hay varias marcas que lo venden) esconde un terrible secreto. Según las instrucciones del paquete todo parece normal, granos procedentes de las plantaciones de Sumatra, Java y Sulawesi, recolectados por los nativos y recogidos después por el equivalente en aquellas tierras del Valdés del anuncio.
Pero en las "instrucciones" se saltan un paso: los nativos lo recogen, sí, pero después de que un marsupial se lo haya comido, lo haya digerido y lo haya defecado. Entonces, y sólo entonces, lo recogen.
Claro, dicen los estudiosos que son precisamente los ácidos y encimas del estomago de este animalito las que modifican las proteínas de estas semillas dándole un especial sabor que recuerda al chocolate.
A chocolate... ya. Podía hacer un chiste fácil pero casi lo dejo aquí. Al fin y al cabo mierda que no mata en gorda. Y nunca mejor dicho.
2054. Martes 3 julio, 2012
Capítulo Dosmilésimo quincuagésimo cuarto: "Sabes, me das una especie de felicidad funcional, de razonable humanidad cotidiana, y es mucho, y te lo debo solamente a ti." (Julio Cortázar, 1914 – 1984; escritor belga)
Particularmente uno admira muchísimo a las personas dinámicas, a esa clase de animalitos con sed de porvenir. Sobre todo porque uno tiene el natural bastante abúlico y considera que el trabajo es un menester lleno de ordinariez
Por eso, y saliendo al paso de una falaz campaña que se ha levantado en los últimos meses por parte de un sector de medios de comunicación y de algún que otro ciudadano malintencionado, habitualmente duchos en mirar con los prismáticos del revés y en sólo ver lo malo, con la de cosas buenas que hay por ahí, hemos de hacer una necesaria precisión sobre la tan aireada evasión de dinero a ciertos paraísos fiscales de algunos conocidos políticos, tonadilleros y/o consortes en general. ¿Acaso es delito colaborar en el desarrollo de otros países, cuando nosotros ya hemos alcanzado todas las previsiones programadas? ¿Alguien duda de que es ese y no otro el único motivo que mueve a estos probos ciudadanos?
Envidia es lo que hay. Mucha envidia.
2053. Lunes 2 julio, 2012
Capítulo Dosmilésimo quincuagésimo tercero: "Una situación se convierte en desesperada sólo cuando empiezas a pensar que es desesperada". (Willy Brandt, 1913 - 1992; político alemán)
La mayoría de las veces los ruidos de las carcomas, esos bichitos tan simpáticos destroza-muebles, son producidos no porque estén royendo madera, sino como consecuencia del método que emplean los carcomos para llamar la atención de sus posibles compañeras domésticas, las carcomas.
Que no es otra que golpearse de forma repetida su frente, la del carcomo, contra el suelo, mientras las carcomas se hacen las interesantes esperando elegir el que más les convenga. Ellos machacándose para impresionar a ellas que, al fin y al cabo son las que al final deciden. Real como la vida misma.
Auténticos chichones de pasión.
¡Pero qué bonito es el amor! Y lo que tienen que hacer algunos para poder tener un miserable desahogo fisiológico. Parece mentira que tengamos tanto en común con las carcomas.
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