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2271. Viernes, 9 agosto, 2013

 
Capítulo Dosmilésimo ducentésimo septuagésimo primero: "El tiempo de reflexión es un ahorro de tiempo (Publilio Siro, 85 a. C. - 43 a. C.; escritor latino)

Un anciano francés está en el confesionario de la iglesia de su pueblo.
- Perdóneme, padre, porque he pecado, dice. - Durante la Segunda Guerra Mundial, una bella mujer llamó a mi puerta, me pidió que la ocultara del enemigo, y decidí meterla en el desván.
- No es necesario pedir perdón por eso, hijo mío -contesta el sacerdote, - Fue una buena obra.
- Así es, respondió el anciano, -pero ella luego comenzó a ofrecerme a cambio favores sexuales, y yo los acepté-.
- En la guerra, la gente puede hacer cosas muy extrañas. Si en verdad estás arrepentido de tus acciones, quedas perdonado.
- Me quita usted un gran peso de encima -dice el anciano. - ¿Puedo hacerle una pregunta?
- Por supuesto.
- Ella está abusando un poco últimamente. ¿Debería yo decirle que ya terminó la guerra, padre?