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2376. Jueves, 30 enero, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo tricentésimo septuagésimo sexto: "No he conocido más que dos placeres: la pereza y el sueño". (James Watt, 1736 - 1819; ingeniero británico)

Entre los grupos de población que llegan a los cien años de edad y con un relativo buen estado de salud, están los abajasianos del Cáucaso, los hunzas de Pakistán y los pobladores del valle andino de Vilcabamba, en Perú. Todos con las mismas características: viven en ambientes con un aire muy puro, llevan una dieta muy hipocalórica y queman, lo poco que comen, trabajando mucho.

Tanto que trasteaban los alquimistas chinos con el cuento de cultivar el "chi", tantas pócimas con oro diluido en piedra filosofal que prometían los de la Edad Media, tanto armar con los injertos de testículos del mono, y ahora resulta que el elixir de la longevidad y hasta el de la eterna juventud no es más que cuestión de aire puro, comer poco y trabajar mucho.

No sé si voy a poderme recuperar de semejante noticia, voy a necesitar mucho tiempo para asimilarla y para tomar una decisión en consecuencia. Mientras, mi ánimo, que ahora mismo se arrastra por el suelo, me impedirá cumplir con mis obligaciones laborales diarias. Hoy es un día triste, por eso y aun sabiendo al peligro que me expongo, creo que paso de hacer algo.

Me arriesgaré a vivir peligrosamente.