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2411. Jueves, 20 marzo, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo cuadringentésimo undécimo: " Todos somos maduros hasta que se nos cruza un plástico lleno de burbujas". (Angel O. 36 años, panadero).

Mujer atractiva, 35 años, delgada y cosmopolita, busca hombre inteligente y con sentido del humor para relación esporádica o lo que surja. En las páginas de contactos abundan estos tipos de textos. Graham Tattersall, ingeniero él, analizó cien anuncios publicados en un diario británico para comprobar los conceptos que más se repetían entre quienes trataban de venderse a sí mismos en no más de quince palabras. Tattersall diseccionó las cualidades que hombres y mujeres enumeraban a la hora de autodefinirse, Los adjetivos favoritos de ellos eran atractivo, honesto, inteligente, alto, divertido, sexy, sincero y delgado. Los de las mujeres, atractiva, rubia, sensible, inteligente, delgada, divertida, joven, alta, femenina y deslumbrante Otros términos muy valorados eran cabello, amante, alto, erótico, que aparecían a menudo. Asimismo abundaban etiquetas como profesión liberal, viajar, artes, éxito y cine.

Con estos datos, Tattersall creó una tabla en la que asignaba valores matemáticos, y una gráfica donde se exponían las virtudes más populares del otro sexo. Cruzando datos, la redacción perfecta para ser un hombre con éxito sería: Hombre alto, 49 años, inteligente, sociable y amante de las artes desea conocer a mujer compatible para amistad y relaciones”.

Está claro que lo del dinero no le importa a (casi) nadie. ¡Somos todos tan sinceros!