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2451. Jueves, 29 mayo, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo cuadringentésimo quincuagésimo primero: “Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil”. (William Faulkner 1897 - 1962; escritor estadounidense)

No sé conducir, ni pienso. Por eso, tienen que ser los demás los que me lleven, algo que da lugar a algunas situaciones que, cuanto más las practico, más imbéciles me parecen. Por ejemplo, recta kilométrica, el conductor empieza a correr y tú a acojonarte. ¿La reacción?, protegerte: te agarras a la asita de plástico que hay encima de la puerta. Ya se puede estampar el coche con un autobús de dos pisos que tú vas cogido a la asita.

Me parece mucho más lógico lo que en la misma situación suelen hacen las mujeres: agarrar el bolso y ponérselo delante como si fuera un airbag. Con la cantidad de cosas que llevan dentro, algo más de amortiguación tienen. Fijo.

Si es que, hasta para detalles tan profundos, ellas son más listas.