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2552. Jueves, 20 noviembre, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo quingentésimo quincuagésimo segundo: “Deberíamos jugar más y trabajar menos. Entonces produciríamos más”. (Byung-Chul Han, 1959, escritor coreano).

El hombre va a una discoteca a ver si pilla cacho. La mujer a exhibirse y a seleccionar. Ahora saldrá algún machoalfa diciendo “pues no listo, yo voy a la discoteca a estar con los colegas, tomarme una copa y bailar”. Mentira, sobre todo porque los hombres venimos de serie sin saber bailar. Desde la prehistoria hemos sabido matar, cazar cosas y dar vueltas alrededor de una hoguera dando saltos, un movimiento que se ha repetido desde entonces, suene la música que suene, sin apenas cambios: rollo vaivén, un paso derecho, un paso izquierdo, y si la canción te motiva mucho -o los vapores del alcohol empiezan a hacerte efecto- levantas una mano al aire y vas diciendo que sí con la cabeza. Hasta ahí.

También saldrá la típica simpática diciendo.. “huy no, yo no voy a exhibirme, voy a pasármelo bien, joo”. Si, ya, por eso se ha tirado tres horas peinándose, maquillándose, eligiendo un escote imposible, una minifalda cinturón, y unos zapatos de tacón que a los diez minutos de pie ya no se aguanta del dolor que le sube por las piernas hasta la rabadilla. Vamos que si no son tacones paquetemiren o es masoquista pura y dura, o es que eres tonta del culo. A elegir.