-   


  

2562. Jueves, 4 diciembre, 2014

 
Capítulo Dosmilésimo quingentésimo sexagésimo segundo: “Amo a la humanidad… lo que no soporto es a la gente”. (Charlie Brown, 6 años; estudiante).

¿Está bien integrar un chaleco cruzado al atuendo para lograr un traje de tres piezas? ¿Con qué se puede combinar una bufanda de cuadros escoceses? ¿Para qué sirven las borlas de los mocasines? ¿Cómo se deben planchar los puños franceses? ¿Se siguen usando los pantalones por encima de los zapatos? ¿Cómo se puede combinar un zapato café con una camisa azul celeste?

Decía Charles Dickens que cualquiera puede estar lleno de actividad y de buen humor cuando va bien vestido. No es ningún mérito. Y uno, uniformado habitual de vaqueros y camiseta, cree que sí, que el señor puede tener razón, pero que para eso, tal y como está la cosa de la moda –y para qué engañarnos, teniendo el cuerpo que tenemos ya, a ciertas edades y condiciones físicas- hay que hacer, al menos, tres master, un doctorado y cuatro postdoctorados para ir un poco decente. Y ni aun así.