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2597. Martes, 10 febrero 2015

 
Capítulo Dosmilésimo quingentésimo nonagésimo séptimo: “Mi manera de bromear es decir la verdad. Es la broma más cómica del mundo”. (George Bernard Shaw, 1856, 1950, escritor irlandés).

La industria de la cosmética es la más avanzada tecnológicamente de la humanidad. Solo así se explica que aún no han encontrado una cura para el cáncer o el sida pero sí un pintalabios que pueda aguantar, en los labios de una tía, durante 8 horas bebiéndose todo lo bebible o morreándose con todo cristo. ¿Qué cómo lo sé? pues por los anuncios de la tele en los que sale la nicolekidman o la beyoncé con voz profunda y sensual diciendo: el pintalabios definitivo que aguanta 8 horas, que no mancha, no se seca, nutre, protege e hidrata tus labios. A ver, es un pintalabios, no algo necesario para sobrevivir a un ataque nuclear.

Pero la gran pregunta es: ¿y por qué se pintan los labios? Pues van y te contestan: es que unos labios rojos parecen más sensuales. Mentira, unos labios rojos lo que parecen es que te has pegado un hostión contra una pared y estás sangrando; o peor, que has matado a una ardilla y te la acabas de merendar cruda. Igual que esa otra moda de pintárselos de negro, que vas tú y piensas ¿está chupando carbón, se le ha gangrenado la boca... o qué le ha pasado?

También son ganas de complicarse la vida.