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2694. Jueves, 9 julio, 2015

 
Capítulo Dosmilésimo sexcentésimo nonagésimo cuarto: “¿Qué sería de nuestras tragedias si un insecto nos presentara las suyas?" (Emil Cioran, 1911 – 1995; filósofo rumano).

Un dado es un cubo de plástico duro, de pequeño tamaño, que tiene grabado un número en cada cara, que se usa en algunos juegos de mesa... y que vuelve a la gente subnormal. Suena feo pero es así. La mayoría de las personashumanas se piensan que, al tirarlo, pueden hablar con él y conseguir una complicidad y una conexión casi mística.

Que tú ves a alguien que va a tirar un dado y lo primero que hace es encerrarlo en su puño o en un cubilete, después lo menea varias veces como si fuera a conseguir algo con ese movimiento (será la costumbre), se concentra, y empieza a decir: "quiero un cuatro, vamos dadito dame un cuatro"; tira y sale un dos. Pero no se da por vencido, la vez siguiente que vuelve a coger el dado va y le sopla, que soplar siempre ha traído buena suerte -excepto si te lo pide un poli en un control de alcoholemia- y además va y le pide a otro que le sople también y vuelve a tirar dando gritos de: "dame un dos, dadito bonito, dame un dos"... y le sale un cuatro. Y acaba enfadándose con el chisme de plástico como si se conocieran de toda la vida.

Aunque -estaba yo pensando- que tampoco es tan raro acabar entablando una relación muy estrecha con un objeto inanimado de plástico duro.