Capítulo Dosmilésimo septingentésimo tercero: “El sabio puede cambiar de opinión. El necio nunca”. (Inmanuel Kant, 1724 - 1804; filósofo alemán).
Suena raro que aunque seamos
sietemilmillones de
personashumanas, una arriba una abajo, todos nos agrupemos, según el horóscopo, en solo doce signos, (es verdad, eran trece, pero a
Ofiuco le hicieron el vacío; normal, nadie quiere tener un amigo que se llame
Ofiuco). Para rematar a mí me ha tocado el signo más mierda, soy libra, una báscula, una balanza; que vale, que sí, es la herramienta de pesar de los fruteros, pero poco más.
También es verdad que podía ser peor, podía ser chino. Su horóscopo va por años (como son tantos, será por simplificar) y esos sí que están descompensados. Que tienes suerte, pues puedes ser del año del imponente tigre o del majestuoso dragón.. pero cuadras mal y acabas siendo del signo del cerdo, de la serpiente o de la rata. Que a ver con qué cara te presentas un domingo por la mañana en casa de los padres de tu
parejachina a comer
arroztresdelicias entrando por la puerta y viendo a ese padre chino, que ya suele tener
de serie cara de mala leche sabiendo que está pensando:
mira ya está aquí el cerdo. Eso desmoraliza a cualquiera. ¡Hombre ya!