Capítulo Dosmilésimo septingentésimo trigésimo tercero: "Todos necesitamos de horas vacías en nuestras vidas, o no tendremos tiempo para crear o soñar". (Robert Coles, 1929, psiquiatra estadounidense).
Cada vez que uno ve una
peliporno americana nota algo raro. Y no es la cuestión de tamaño, que ahí hay pocas diferencias (?), sino en lo del prepucio. En los EE.UU tres de cada cuatro hombres no lo tienen. Están circuncidados. Y los motivos para que esta práctica propia de culturas islámicas y judaicas sea tan frecuente en ese país es del señor de los cereales
Kellogs. En el siglo XIX -la circuncisión era entonces algo solo judío y minoritario- los médicos estaban convencidos que la masturbación, ese ritual de amor a uno mismo que todos aprendemos y vamos consolidando con el tiempo, era el responsable de causar locura, ceguera, impotencia, epilepsia y un largo etcétera.
Para atacar lo que catalogaban como "
flagelo de la masturbación" el doctor John Harvey Kellogg, uno de los impulsores de la cruzada contra la "
epidemia", promovió dos remedios infalibles. Por un lado la circuncisión
deserie, que debía de ser realizada sin anestesia ya que "
el dolor de la operación tendrá un efecto saludable para la mente, especialmente si está asociado a la idea de un castigo". Por otra, promocionando alimentos alejados del "
pecado". Kellogs creía que uno se excitaba comiendo alimentos con sabores fuertes, como lo picante; y creía que se podía prevenir la "
tentación" con una dieta de sabores neutros como los cereales.
Y por aquí con el prepucio, el
pucio y el
postpucio intacto y hartándonos a
galletasmaria y
sobaosmartinez. Si es que somos una panda de degenerados.