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2834. Martes, 1 marzo, 2016

 
Capítulo Dosmilésimo octingentésimo trigésimo cuarto: "Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá sea ésta la razón por la que haya pocas personas que lo practiquen". (Henry Ford, 1863 – 1947; empresario estadounidense).

El británico Reginald Bray (1879-1939) fue conocido como el rey de los autógrafos porque en vida llegó a reunir 15.000 firmas de toda clase de personajes del mundo de la cultura y la política. Sin embargo, fue más conocido por poner a prueba los límites del servicio postal británico. Aprovechó un vacío en las leyes que especificaban lo que se podía enviar con la dirección impresa en la superficie del mensaje, así que inició una larga serie de "cartas" o "postales" poco convencionales: desde el cráneo de un conejo (con los sellos pegados en su superficie) hasta su propia mascota -un terrier escocés de nombre Bob-, pasando por una abeja, hasta un elefante vivo; bolsos, sombreros, cigarros a medio fumar, cebollas, cepillos, algas, pipas, sartenes, zapatos, bombas de aire, sillas y una larga lista de objetos que los carteros no tuvieron más remedio que entregar a la dirección de los destinatarios.

Confiando en el excelente servicio de los carteros británicos, en 1900 se envió a sí mismo, con bicicleta incluida, endosándose como "entrega de una persona coterránea ciclista registrada", a la casa de su padre quien, poniendo peor cara que el que le hacía la cama a Drácula, tuvo que pagar una buena cantidad por recibir tan importante "paquete".

Aunque no creo yo que le saliera más caro que viajar con ryanair.. y seguro que en mejores condiciones.