Capítulo Dosmilésimo octingentésimo cuadragésimo octavo: “Hay velas que alumbran todo menos su propio candelabro”. (Friedrich Hebel, 1813-1891, poeta alemán).
Querido ano-nimo que ayer derramaste tus elevados pensamientos con redundados comentarios:
Mil disculpas te rogamos
por esta infame locura
de atentar a la moral
con semejante basura.
Estoy arrepentido
y a mi próximo texto
impondrán censura previa
ocho mentes oficiales
un crítico subvencionado
y tres funcionarios de cultura.
Todo sea por contentar / a gente tan principal. Dicho queda.