Para indicar que algo se antoja imposible pero en verdad es muy sencillo, se recurre a esta frase, que evoca una anécdota atribuida a Colón. Se cuenta que el genovés dio la siguiente lección a aquellos que habían considerado quimérico su propósito de dar con una nueva ruta hacia las Indias, y que, una vez cometida la hazaña, a todos les parecía natural: reunidos en cierto banquete, el almirante tomó un huevo y retó a los presentes a ponerlo en pié. Estos dijeron que la propuesta era irrealizable, pero el marino lo golpeó ligeramente por la base y el huevo quedó vertical. Todos arguyeron que había sido tarea fácil, y, sin embargo, ninguno había hallado la fórmula. Otras teorías sostienen que el padre de esta idea fue el arquitecto italiano Filippo Brunelleschi, a quien antes de iniciar la construcción de la cúpula de la catedral de Florencia en 1420 se le preguntó cómo pretendía levantar una estructura tan colosal.