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2941. Jueves, 15 septiembre, 2016

 
Capítulo Dosmilésimo noningentésimo cuadragésimo primero: “Vale más sembrar una cosecha que llorar la que se perdió". (Alejandro Casona, 1903 - 1965; escritor español).

Te echas la mano al bolsillo del pantalón, lo tocas compulsivamente como un trilero con párkinson y notas que no están las llaves, ni el dinero, ni el deenei. Es un momento desgarrador de esos en el que tienes todas las papeletas para que te de un infarto, dos ictus, tres taquicardias y los siete males.

Pero no suele tener mayor recorrido. Llega justo hasta que te das cuenta que te has puesto otro pantalón y lo de los bolsillos se han quedado en el anterior. Salvo que bajaras a comprar el pan en zapatillas y unas (imprescindibles) llaves también se quedaran ahí. Y entonces se te queda una cara que refleja perfectamente cómo te sientes en ese momento, un atentico gilipollas.