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2974. Jueves, 3 noviembre, 2016

 
Capítulo Dosmilésimo noningentésimo septuagésimo cuarto: “No hay espíritu perfectamente conformado si le falta el sentido del humor”. (Samuel Taylor Coleridge, 1772 – 1834; filósofo inglés).

Hechos biológicos aparte es evidente la igualdad entre hombres y mujeres. Parece claro que, en cuestión de pensamiento, las diferencias entre personas poco tienen que ver con ser de uno u otro sexo y sí mucho con la personalidad de cada quien.

Por ejemplo, tanto ellos como ellas tienden a formularse las mismas preguntas, preguntas comunes, preguntas que funcionan igualmente con independencia del sexo que las esté formulando: ¿por qué ella/él padece sordera selectiva?, ¿por qué él/ella no deja el pasado en el pasado?, ¿por qué ella/él durante una bronca siempre me hace preguntas imposibles?, ¿por qué él/ella nunca sabe lo que quiere?

Sin embargo, hay una (importante) cuestión en la que el sexo sí es determinante para hacerse una pregunta o la contraria. Ellos de ellas: ¿por qué tardan tanto en cagar? Ellas de ellos: ¿por qué no tardan tanto en cagar?