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2978. Jueves, 10 noviembre, 2016

 
Capítulo Dosmilésimo noningentésimo septuagésimo octavo: “Siempre se ha creído que existe una cosa llamada destino, y siempre se ha creído en otra cosa llamada albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción”. (Gilbert Keith Cherteston, 1874-1936; escritor británico).

No lo ves desde que no te salían pelos en las piernas pero de pronto un día... !Boom! Ahí está, en linkedin, como "persona que quizás conozcas". De repente se agolpan los recuerdos y sin saber cómo te ves validando sus aptitudes a lo tiene una risa adorable o huele mejor que el jardín de la abejamaya.

Que reaparezca el primer amor adolescente -aunque solo sea cibernéticamente- puede causarte el mismo impacto que si te cae encima un hipopótamo con problemas de tiroides. !Mente fría! Por más curiosidad que nos pueda despertar el tema -que la despierta- un posible reencuentro puede hacer añicos algunos de nuestros mejores recuerdos. El tiempo pasa para todos y nunca sabes si la persona a la que confiaste el calor de tus pies adolescentes en aquel invierno se ha convertido con el paso de los años en un psicópata, un aleluya o, peor aún, aplaude cuando aterriza un avión.

Hay cosas que (posiblemente) sea mejor dejarlas como están.