-   


  

2996. Miércoles 7 diciembre 2016

 
Capítulo Dosmilésimo noningentésimo nonagésimo sexto: “A menos que pensemos en los demás y hagamos algo por ellos, perderemos una de las mayores fuentes de felicidad”. (Ray Lyman Wilbur, 1875 - 1949; médico estadounidense).

Aunque se empeñen en llamarlos así, los móviles están muy lejos de ser (y hasta de parecer) inteligentes. La estupidez en estos trastos se acercaría más a la realidad.

Ayer martes pasado, día de fiesta, sueño interrumpido por un despertador que suena a la misma hora que sonaría cualquier otro martes. Igual que cualquier otro día en el que toca madrugar. Solo que ese día no tocaba madrugar. En la pantalla aparece en letras grandes "fes-ti-vo". El móvil sabía que ese martes era festivo y no dijo nada, no preguntó la noche anterior si era necesario mantener el despertador programado ni tan siquiera atenuó una pantalla que se encendió brillando la suficiente como para corregir varias dioptrías

La gestión que hacen los móviles los fines de semana, las vacaciones o los festivos no está bien resuelta. Da igual que el móvil sepa que estás en la playa -tanto calcular continuamente la ubicación podría aplicarse el cuento-, o que tengas escrito FESTIVO en mayúsculas, el teléfono se comportará del mismo modo que se comporta cualquier otro día.

Resulta que a estos gurúes de la tecnología les da por poner en todos los dispositivos un botón "en modo avión" (!cómo si nos pasáramos la vida volando!) y no se les ha ocurrido poner uno en "modo vacaciones" que fuera capaz de desconectarnos de todo lo que tenga que ver con lo laboral. Unos genios son, sí.