Capítulo Tresmilésimo décimo: “Entre los particulares la locura es poco frecuente, entre los grupos, partidos, pueblos y épocas, la regla”. (Friedrich Nietzsche, 1844 - 1900; filósofo alemán).
En los
Estados Unidos está permitido tener armas de fuego, aquí está permitido algo más peligroso, los grupos de
whatsapp. Si te invitan a uno acepta, es una oferta que no debes ni puedes rechazar pues de lo contrario entrarás a formar parte de los
watsapeantes marginales, un grupo situado en la escala social varios escalones por debajo de los
homeless.
En los grupos de
whatsapp, como en toda organización mafiosa, siempre hay alguien que corta el bacalao, siempre hay una abeja reina (curiosamente suele ser
abej-A) que, ungida por algún ser divino, saca complicados temas de discusión exponiendo, por ejemplo, lo bien que les sienta a todas las chicas del grupo las navidades, para después abrir “privados” a sus "íntimas" comentando que hay que ver
lapepi que se está poniendo gorda como un trullo. Y no hay forma de escapar a la
diplomacia del
whatsapp, incluso en las cosas más banales. Si alguien propone una fiesta pidiendo que cada uno aporte algo de comer quien más y quien menos responderá con una carita sonriente, fina manera de decir "si invitas, invitas... gorrón tacaño”.
Dice una conocida que pocas cosas tienen un nombre tan bien puesto como las asociaciones de padres en los colegios, uno de los reinos de los grupos de
whatsapp más
adorables, el
AMPA, y sí, técnicamente debería llevar una
H pero el nivel de los que escriben es el que es... y a ver quién es el guapo que lo comenta sin acabar siendo el sabiondo apestado que anda siempre con la ortografía a cuestas.
