-   


  

3074. Viernes, 21 abril 2017

 
Capítulo Tresmilésimo septuagésimo cuarto: "Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar". (1564-1616, William Shakespeare; dramaturgo inglés).

Hay escenas de películas que te marcan. Todavía me acuerdo de una que salía en Match Point: Scarlett Johansson dando rienda suelta a su pasión con Jonathan Rhys Meyer en un campo de espigas bajo la lluvia. Si cualquier personahumana lo intentara (o intentase) se le acaba quedando el culo como si Freddy Krueger hubiera estado ahí jugando al parchís.

¡Lo fácil que les resulta a los del cine montárselo al aire libre y lo difícil que es en la vida real!

Porque a ver, en la playa por ejemplo. A menos que quieras que tu pene termine pareciéndose a un magnum almendrado (y ya sabemos que hay gustos pató), o se ponen esterillas bajo las toallas y con los bordes superpuestos o lo llevas claro. Y aun así estás soltando arena por todos los agujeros del cuerpo un par de meses. Mínimo.

En el campo uno de los grandes problemas es lo que la noche puede llegar a confundir. Despistarse y usar la crema antimosquitos pensando que es lubricante es solo un ejemplo. Y eso como mal menor, que de noche todos los gatos son pardos.

Son legendarias las ganas que entran en los festivales de música: el calentón suele ser ciego y las prisas nunca son buenas. Es fácil confundirse y meterse en tienda ajena, es verdad que puede resultar hasta más entretenido, pero tampoco conviene tentar la suerte.

Y eso sin entrar en terrenos tan pantanosos como piscinas o jacuzzis. Las rosas son rojas, el mar es azul y siempre, siempre, conviene recordar que el agua no lubrica.