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3105. Jueves, 8 junio, 2017

 
Capítulo Tresmilésimo centésimo quinto: “No busques los errores, busca un remedio”. (Henry Ford, 1863 - 1947; empresario estadounidense).

Tener que hablar durante un rato con alguien por compromiso. Una situación incómoda que pasa demasiadas veces. Regla básica a cumplir: si en esos momentos uno quiere resultar simpático -o no parecer aburrido-, lo mejor es dejar que hablen ellos. Si hay algo común a casi todas las personashumanas es que a la gente les encanta hablar de ellos mismos. Además, no es necesario escucharles, basta con asentir de vez en cuando. Eso sí, si en algún momento prestas atención no hay que olvidar una norma general: si alguien menciona la cantidad de dinero que gana en su curro seguro que es un gilipollas integral.

Y si por casualidad has dado con alguien que no tiene mucha conversación siempre se puede echar mano del socorrido recurso: mentir todo lo que quieras hasta parecer interesante (tampoco lo vas a volver a ver) y llenar los silencios incómodos moviendo mucho los brazos. Siempre sin olvidar la frase comodín que siempre saca de un apuro de este tipo: ... pues parece que se ha quedado buena tarde.