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3185. Lunes, 30 octubre, 2017

 
Capítulo Tresmilésimo centésimo octogésimo quinto: “La imaginación frecuentemente nos llevará a mundos que jamás fueron. Pero sin ella, no iremos a ningún lado”. (Carl Sagan, 1934 - 1996; escritor estadounidense).

La sensibilidad de cada persona ante los efectos de una taza de café es diferente. Están (estamos) quienes pueden beberse tres o cuatro y no notar ninguna alteración y hay quienes desde la primera taza ya se ponen cardiacos.

Dependerá de cómo se use. Como casi todo. Por inofensiva que parezca una taza de café puede ser peligrosa, muy peligrosa.

El 25 de agosto de 2013, en la ciudad de Isehara, Japón, Emiko Hirose, de 61 años, se enteró que su marido, Yasuo Hirose, de 70, le había sido infiel. Su reacción fue golpearle en la cara con lo que tenía a mano en ese momento... una taza de café. Marido muerto. Su explicación: "él tuvo un romance con una mujer a la que odio. Me volví loca y le golpee más de diez veces con la taza".