Capítulo Tresmilésimo ducentésimo vigésimo séptimo: “Lo más valioso no es lo qué se tiene, sino a quién se tiene”. (Vicente Barberá, 1937, pedagogo español.)
Fay Cohen, una famosa
psíquica aseguró haber tenido sexo con extraterrestres; Antonio Vilas Boas, un agricultor brasileño dijo haber sido secuestrado por seres extraños y tener relaciones sexuales con
aliens; y Peter Khoury, quizás el caso más conocido de hacer guarradas con extraterrestres, el buen hombre contó (de cuento) haber sido sexualmente abusado por seres de otro planeta. Los numerosos relatos de personas que han sido secuestradas o abducidas por extraterrestres suelen incluir experiencias que podrían relacionarse con intentos de apareamiento, o
coiteo con extraterrestres, ya sea como parte de un experimento intergaláctico o por mera diversión.
Dejando a un lado la muy fácil posibilidad de que pensaran que habían ligado con con extraterrestres pero que no lo hubieran hecho más que con gente
difícil de ver (pero muy terrestre), existe como alteración la
exofilia: capacidad de excitarse sexualmente con entidades de otros mundos imaginando (i-ma-gi-nan-do) que se tienen relaciones eróticas con extraterrestres.
Tiene su lógica. Visto lo feos que suelen pintar a estos señores, hay que reconocer que las posibilidades de que gente
pelín rara de por aquí -incapaces de ligar en la Tierra- pueda gustarle a marcianos (y similares) les abre todo un abanico de posibilidades. Esperanza hasta el infinito y más allá.