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3303. Lunes, 14 mayo, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo tricentésimo tercero: “El arte de agradar es el arte de engañar". (Marqués de Vauvenargues, 1715 - 1747, filósofo francés).

Desde que Eva se comió la manzana, a los demás nos duele la espalda (y los riñones). Y mira que Dios lo dejó claro: que la manzana no, que del resto lo que quieras, pero la manzana ni tocarla. Pero, claro, la manzana tenía tan buena pinta como la pareja de tu amigo... Así que caes en la tentación y terminas sin pareja, sin amigo y, si no corres mucho, con un sonoro bofetón. ¿Y mereció la pena el polvo? Pues va a ser que no. Y seguro que la manzana tampoco. Al menos tenemos identificada a la culpable. Aunque para lo que nos sirve.

Aquel mordisco acabó con el holgazanear todo el día en bolas sin pegar un palo al agua y dio comienzo al calvario: hipoteca, trabajo, años, el chándal, las gorras, los jubilados en chándal y con gorra... Y, sobre todo, los lunes.

Como el de hoy. Menos mal que mañana es sanisidro. Eso que nos llevamos. Hasta el miércoles pues.