-   


  

3312. Lunes, 28 mayo, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo tricentésimo duodécimo: “Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse”. (Enrique Jardiel Poncela, 1901-1952; escritor español).

Un día en horario laboral sales a mear (en ocho horas no hay más remedio que hacerlo) y te cruzas con un jefe de esos que, a pesar de llevar en el mismo puesto más tiempo que la moqueta, no has visto en tu vida (ni ganas). En plan campechano y como si te conociera de siempre va y te dice: "Verás, queremos reinterpretar los businessvalues de la marca y vamos a racionalizar los equipos para lograr una sinergia interdepartamental más efectiva. Como eres un valor seguro, en unos días procederemos a consultarte las nuevas acciones".

Traducción: no estamos vendiendo un carajo, vamos a despedir a un montón de gente y vas a ser el siguiente. Una persona con menos arrugas (en la cara y en la camisa), más pelo, más seguidores en twitter y sobre todo, sobre todo, mucho más servicial (el miedo hace milagros) que además va a cobrar un sueldo (si es que cobra algo... y no tiene que pagar por trabajar para ellos -!es por formarse!-) muuuuucho más bajo que el tuyo, te va a sustituir.

A no ser que seas funcionario está jodida la cosa, sí. Y no con esas tendría yo muy segura la cosa, que cualquier día se sacan de la manga alguna ley perversa y... Virgencita, virgencita, que me quede como estoy.