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3327. Lunes, 18 junio, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo tricentésimo vigésimo séptimo: “Oju, hace tanta calor, que si me dieran a elegir entre comerme un coño y una sandía bien fresquita, me comía el coño, pa qué te voy a mentir”. (David Barral, 1983; futbolista español).

¿Qué final hay más duro que el de llegar al final de un videojuego? Acabar todas las pantallas da esa especie de escalofrío reservado a unos cuantos privilegiados que no conocen mayor satisfacción. Pero, ¿qué diablos hace uno a partir de entonces, cuando su costumbre era jugar a destrozar todo lo que salía pasando niveles y niveles? Volver a la realidad sin tener el reto de saber qué hay en el siguiente nivel duele más que que te pise un hipopótamo con problemas de tiroides.

Pero sí, hay algo peor: empezar con el siguiente. Está la cosa como para modernizarse. No hace tanto era fácil ahorrarse unos cuantos euros, que con el mariocars que te entraba al comprar la consola tirabas 8 meses mínimo, y luego a piratear -perrrrrrrrrrdón-, quiero decir a intercambiar juegos. Ahora, consola aparte, se necesita la cuenta corriente de un consejero de bankia para jugar al CallofDuty.

Y eso no es justo. Cultura gratuita y universal ya, que no creo yo que a estas alturas de la película alguien pueda pensar que el fifa2018, por ejemplo, no sea precisamente eso, cultura pura y dura.