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19072018. De vacaciones, que siempre son mejores de lo que podrían ser.

 
La silla eléctrica fue creada por el ingeniero y dentista Alfred P. Southwick en 1881. Después de ver cómo alguien murió de forma instantanea por la electricidad, pensó en crear una alternativa "más humanitaria" a la ejecición por horca. En 1886 Thomas Alva Edison encargó a Harold Pitney Brown que diseñara una nueva versión pensando en venderla al gobierno de Nueva York. Ya que Edison buscaba que la corriente eléctrica contínua que él había desarrollado fuera popular en los hogares, Pitney hizo funcionar la silla mediante corriente alterna, inventada por Nikola Tesla, su rival comercial y así asociar esta a algo más desagradable. Fue aprobada en 1889. Elaborada con material aislante, se colocaba al condenado un electrodo en la cabeza y otro en las piernas aplicándole al menos dos choques eléctrico durante varios minutos. Usualmente la piel se derretía, pegándose a las correas; quemaba los órganos internos y aún así, a veces el reo no moría. En los modelos actuales se aplican 2.450 voltios durante 15 segundos.

Su más que cuestionado uso ha decrecido en favor de la no menos cuestionada inyección letal, pero el alto precio y escasez de ciertos productos químicos, ha hecho que estado como Louisiana, Tennessee y Wyoming, todos ellos en EE.UU., se replanteen su uso volviendo a la silla eléctrica. El precio por ejecución en la silla eléctrica, más barato algo más económica ya que viene a salir por unos 217,25 dólares de los que 150 son para el verdugo y casi otro tanto para elementos adicionales que se necesitan: crema y navaja de afeitado, una esponja empapada en solución salina -que mejora la conducción al cráneo- crema para reducir las quemaduras, una máscara de cuero y pañales..

Y además...

- A falta de limpiador facial específico es bueno mojar un trozo de algodón o de lana en vodka y aplicarlo por toda la cara. Si no hay vodka a mano, puede servir cualquier colutorio..