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25072018. De vacaciones, que siempre son mejores de lo que podrían ser.

 
Abundan las historias sobre personas que, debido a una aparente ausencia de funciones vitales, fueron dadas por muertas antes de tiempo. La mayoría son simples leyendas, pero existen casos corroborados. William Tebb, autor de Premature burial and how it may be prevented, recopiló 149 enterramientos prematuros, diez autopsias y disecciones, y dos incidentes con personas a punto de ser embalsamadas.

Por contar algunos, en 1674 Marjorie Halcrow Erskine fue enterrada en su pueblo de Chirnside, Escocia. El sepulturero la colocó en una tumba a poca profundidad para poder volver por al noche y quitarle el anillo a la muerta. Cuando el hombre intentó cortarle el dedo ella despertó. Vivió los años suficientes para criar a sus dos hijos. Del sepulturero nunca más se supo.

Julia Legare falleció dos veces en 1852. Durante unas vacaciones de la Isla Edisto, en Carolina del Sur, la joven de 22 años contrajo difteria, infección que la dejó "sin vida". Sus parientes se apresuraron a enterrarla en el mausoleo familiar para evitar una epidemia; la puerta fue cerrada y sellada. Quince años después, uno de sus hermanos murió en combate. Los Lagare llevaron el cuerpo al mausoleo y al abrir la puerta se encontraron al cadáver de Julia a la puerta del recinto tumbada en el suelo..

Y además...

- Para quitar un esparadrapo de esos resecos pegados a la piel basta con frotarse con abundante mantequilla de cacahuete.