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3344. Miércoles, 11 julio, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo tricentésimo cuadragésimo cuarto: “Veinte golpes de martillo quizá no logren romper la piedra, pero el vigésimo primero podría hacerlo. Esto no significa que los veinte golpes no sirvieran de nada. Cada uno de ellos contribuyó al logro final”. (Sathya Sai Baba, 1926 – 2011; líder espiritual indio).

Hay gente a la que le gustan olores peculiares tipo eldelasgasolineras o el de los matamoscas en spray, luego están las personashumanas con dos dedos de frente a la que les gustan olores más normales como el de los bollos de canela recién hechos o el del bacon que se está friendo.

Lo que no se yo es si habrá alguien a quien le guste el olor de esos ambientadores con forma de pino que llevan tantos coches. Posiblemente porque no huelen a nada. Que sí, que por más avanzada que esté la cosa esta de la química debe de ser difícil que el olor de un trozo de cartón se parezca al de un pino. Lo entiendo. Pero yo creo que tampoco les interesa mucho. Al fin y al cabo hay bragas comestibles con sabor a fresa tropical con recuerdos de magos maduros y sin embargo el queso burgodearias sigue siendo una cosa más que insípida. Algo no cuadra.