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3382. Jueves, 4 octubre, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo tricentésimo octogésimo segundo: "Cualquier necio puede escribir en lenguaje erudito. La verdadera prueba es el lenguaje corriente". (Clive Staples Lewis, 1898 - 1963; escritor británico).

Por cómo suenan, por quién nos la dice o por lo que significan, hay palabras que son feas. Es verdad que por aquello de para gustos colores siempre habrá alguien a quien le parezcan es-tupendas palabras como diarrea seborrea autopsia, forense, cadáver, cucaracha, catéter, vómito, gonorrea, verruga, sobaco, carraspera, inguinal, escorbuto, colitis, diarrea, prurito boñiga o gurruño. A mí, por lo menos, no me suenan muy apetecibles. En (casi) ningún sentido.

Otras, sin embargo, le caen bien a (casi) todo el mundo. Y son la mayoría.

Libélula, etéreo, efímero, elocuencia, efervescencia, melifluo, albóndiga, infinito, libertad, soledad, ojalá, perenne, alba, compasión, inefable, aurora, sempiterno, melancolía, mantequilla, libertad, caracol, mandrágora, anonadado, dulce, maquiavélico, tiquismiquis, escampar, cuchipanda, libertad, esplendor, parvulito, misericordia, murciélago, remolacha, ademán, petulante, inconmensurable, ósculo, superfluo, libertad, mondo, utopía, inefable, sonámbulo, recoveco, olvido, ferrocarril incandescencia, libertad, epifanía, catacumba, elocuencia, desenlace saltamontes, aguanieve, tintineo, madrugada, libertad, enjuto, rompecabezas, cacahuete, susurro, sacacorchos, farándula, tatarabuela.

¡Ah! y por poco se me olvida una: libertad.