-   


  

3408. Jueves, 15 noviembre, 2018

 
Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo octavo: “Hambre furiosa no respeta ninguna cosa”. (Refrán castellano).

En 1963 los estadounidenses Ralf Florez, de 42 años, y Helen Claben, de 21, sobrevivieron siete semanas sin comida al chocar su avioneta en las montañas. Los primeros veinte días tuvieron que apañar comiendo los dos tubos de pasta de dientes que tenían (digo yo que comerían la pasta y no los tubos... aunque a buen hambre no hay pan duro) y los siguientes veintinueve comieron hielo para desayunar, agua templada para el almuerzo y agua hervida para la cena. Cuando los rescataron estaban muy delgados pero en relativas buenas condiciones físicas.

Con vistas a las navidades -y sabiendo lo que se avecina-, no estaría de más que en vez de intentar perder kilos en enero lo hagamos ahora, usando esta misma dieta, y así, cuando lleguen los turrones, poder comer sin ningún remordimiento y con todo el ansia del mundo... que es cuando mejor saben las cosas.

Incluso, si uno quiere hacerlo bien de verdad, puede pasar hasta de la pasta de dientes, que te llenará, sí, pero que al fin y al cabo no dejan de ser calorías vacías.