Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo trigésimo segundo: “Habría que tener un poco más de respeto con las muñecas hinchables... las pobres han visto cosas muy duras”. (Andrés Z. 23 años, estudiante).
Me llena de orgullo y satisfacción (que decía el otro) comunicar que, a pesar de las incuestionables limitaciones que no me dejarán disfrutarlas como uno se merece, (son demasiado cortas y la espada de Damocles de la vuelta no da tregua), hoy me voy de vacaciones. Desde ya y durante todas las fiestas de navidad... hasta el ocho de enero.
Para no dejar esto muy desatendido, he pensado que no estaría mal aprovechar las nuevas tecnologías y dejar conectada una webcam que recoja en tiempo real !y en riguroso directo! durante las 24 horas del día el dinamismo que despliega el peluche cada minuto de sus (tan escasas como merecidas) vacaciones.
!Cuidado! La actividad al ser emitida -repito- en tiempo real, puede llegar a ser frenética.
