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3434. Miércoles, 9 enero, 2019

 
Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo trigésimo cuarto: “Nos reímos de la moda de ayer, pero nos emocionamos con la de antes de ayer cuando está en vía de convertirse en la de mañana”. (Marlene Dietrich, 1901 – 1992; actriz francesa).

Apareció en el siglo XVI ante la evidente necesidad que de todalavidadedios ha tenido la gente ocupada de no abandonar sus importantes asuntos por algo tan baladí (bonita la palabra baladí ¿eh?) como un mísero apretón.

El Donpedro o Dompedro, que así se llamaba el invento, permitía hacer aguas mayores y/o menores, a la vez que se podía seguir con lo que en ese momento uno estuviera haciendo en ese momento. Algo sin duda práctico para la gente que no puede perder el tiempo con algo tan insulso e insubstancial como tener que cagar (casi) todos los días.

Lo que no entiendo es por qué cayó en desuso. Tal y como está el patio sería el mueble ideal para tantos y tantos directores y subdirectores estresados (y de ahí para arriba) que se pasan la vida reunidos (y lo que es peor, reuniendo a los demás), que cumplirían su evidente anhelo de no tener que dar por finalizada la reunión solo porque se estén cagando. Tenernos a todos reunidos en un bucle continuo… su gran aspiración, su gran sueño.

Yo creo que si lo ponen a la venta enelikea, triunfa. Probarlo mientras te comes unas albóndigas suecas tiene que ser de esas experiencias de otro mundo.