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3449. Miércoles, 30 enero, 2019

 
Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo cuadragésimo noveno: “Suspiro y bostezo, hambre del alma y hambre del cuerpo”. (Refrán castellano).

A pesar de estar bombardeados continuamente por mensajes advirtiéndonos de lo malo que es ser "vago", todas las investigaciones sobre el asunto (de gente conestudios y eso) llegan a una misma conclusión: estamos programados para hacer el mínimo esfuerzo posible. Es lo natural.

Y la razón es de cajón (oseasé, evidente). Por muy mal vista que esté la pereza, al cerebro le gusta dedicarse a la contemplación (preferentemente en estado horizontal) para no malgastar una energía que puede ser trascendental para sobrevivir. Cualquier actividad innecesaria (oseasé, casi todas) supone un alto coste en términos de gasto de energía, por eso lo normal es que tienda al ahorro promoviendo los comportamientos sedentarios.

Vamos, que si uno es una personahumana normal lo evidente es que las neuronas conspiren continuamente para que uno se apoltrone.

A ver cuando se dan cuenta !de una puñetera vez! que no se puede ir en contra de la naturaleza.