Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo quincuagésimo segundo: “El alcohol es quizá el peor enemigo del hombre, pero la Biblia dice que ames a tu enemigo". (Frank Sinatra, 1915 - 1998; cantante estadounidense).
El tang, la mirinda, el cynar, la frutopia, la quina santacatalina (que es medicina y es golosina), y hasta aquella botella de licor (bautizada por un genio del marketing) que nunca menguaba a pesar de que todos los que venían de visita la pedían !y por su nombre!. A la pregunta: ¿qué queréis tomar?, le solía seguir una misma respuesta: !pues cualquier cosa!
La lista de bebidas que nos marcaron la infancia y que ahora apenas existen, es larga.
Y seguro que cada una tendrá sus motivos para ese olvido. Eso sí, en mi corto entendimiento se me escapa por qué precisamente la bebida que más asociamos a nuestras madres/abuelas (con el permiso del anisdelmono), y la única que no dejaba un aliento a borracho si no a chicle de menta, está ahora tan arrinconada.
¿Cómo alguien puede preferir un cubata (más visto que el tbo que está) a una buen lingotazo de pippermint?
