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3458. Martes, 12 febrero, 2019

 
Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo quincuagésimo octavo: “La vejez es como todo lo demás. Para tener éxito en ella, tienes que empezar desde joven”. (Fred Astaire, 1899 – 1987; actor estadounidense).

El autoestop, con permiso del interrail, era la manera normal de viajar si no tenías mucho dinero. Jugábamos solos en la calle y volvíamos a casa -al menos los de barrio periférico- cuando nos entraba el hambre o escuchabas tu nombre por la ventana por  (mínimo) décima vez. Llevar casco no era obligatorio... ni para las motos. Se podía acampar en cualquier sitio, monte playa o campo sin tener que pedir permiso. Se podía bañar uno en cualquier río, charca o acequia. Todos los que fumaban, fumaban: en bares, trenes, aviones, cines, autobuses… y, evidentemente, fumaba el médico pasando consulta y el maestro dando la clase. Había mili obligatoria. No existía la zona azul, ni la verde, ni la de ningún color, nadie pagaba por aparcar. No había IVA (ni día sin IVA), una cosa de veinteduros valía veinteduros.

... así hasta el infinito y más allá.

Y lo más extraño es que, aunque parezca otra cosa, de todo esto estaba pasando hace apenas unos pocos años.

Seguro que todo es mucho mejor ahora y que esto solo es un ataque tonto de nostalgia. Pero ¿de verdad hemos avanzado algo? ¿De verdad somos más libres ahora?