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3472. Lunes, 4 marzo, 2019

 
Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo septuagésimo segundo: “- No eres tú, soy yo. - No, soy yo. - Que no, soy yo. - Que no coño, soy yo. - Podrías ser tú, pero soy yo”. (Dos chinos mirando un álbum de fotos).

Agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Cantabria (en mis tiempos provincia de Santander) detuvieron a un hombre negro (políticamente correcto afroeuropeo), de 37 años y natural de Ghana (aunque podía haber sido perfectamente natural de Bilbao) que intentaba hacer un examen haciéndose pasar por ciudadano chino, portando orgulloso su foto de ciudadano chino en el pasaporte y todo.

Con las nuevas generaciones a lo mejor cuela, pero los que ya tenemos una edad sabemos que los chinos son, de todalavidadedios, amarillos. Las huchas del domund y, sobre todo, las cajas del flanchinomandarín (de los que tragamos unos cuantos) nos lo dejaron bien claro. Y arriesgándose a ir al infierno, ¿por qué nos iban a mentir en una cosa tan tonta?